En el Siglo XVIII, don Amador Merino Malaguilla, canciller de la Universidad de Salamanca, proyectó los planos y consiguió el dinero necesario que faltaba para la construcción de la nueva y actual iglesia de San Cristóbal, y en junio de 1727 se empieza a construir con el esfuerzo de todos los habitantes y con la ayuda añadida de los vecinos de Zapardiel de la Cañada, de donde procedía la piedra. La iglesia tiene cabecera poligonal y cuerpo de una sola nave al que se accede por dos portadas. Tanto la nave como la cabecera están cubiertas con armadura de madera. A los pies se alza una espadaña de sillería, de tres cuerpos. El edificio consta de 364 m2, construidos sobre una parcela de 1206 m2.
La iglesia se terminó en el año 1730, y en un primer momento se quiso que fuese bendecida por el artífice de su construcción (don Amador Merino Malaguilla, que durante la construcción fue ascendido a Obispo de Badajoz), pero sus problemas de salud lo impidieron y finalmente fue bendecida el 11 de septiembre de aquel año por el Obispo de Ávila don Pedro de Ayala junto con Miguel de Quintana, cura rector de Santa María del Berrocal.
Originalmente tuvo el cementerio situado en la parte trasera, donde estaba situada la Cruz, pero alrededor de 1950 o 1960 se decidió ubicar el nuevo cementerio a las afueras del pueblo (dirección Alba de Tormes / Salamanca). La pequeña pared que rodea la iglesia también es más reciente.